Te ha pasado que ¿piensas mucho una situación y no llegas a ningún lado?, y al contrario, ¿te genera malestar y la sensación de que no puedes solucionarla?, como si tu mente estuviera en un círculo constante del cual no puedes salir. Si es así, es muy probable que estés teniendo pensamientos rumiativos.
La rumiación no es otra cosa que los pensamientos repetitivos sobre situaciones difíciles o negativas que ya sucedieron, se ocupa generalmente para poder comprender por qué las cosas sucedieron de una manera, también para distraerse de lo que se está viviendo en el presente, para intentar cambiar las cosas en la mente o para sentirnos mejor.
Sin embargo, este tipo de pensamiento no funciona realmente para resolver problemas y actuar, porque mantienen la atención ocupada en pensar e impide que realicemos otro tipo de actividades mentales, dificultan ver lo que pasa en el presente y poder actuar de la mejor manera ante él, por lo que puede generar que no nos sintamos bien con nuestra manera de reaccionar o de sentirnos, ya que al mantener nuestra atención en eventos negativos del pasado, pude ocasionar que sintamos malestar por un largo periodo de tiempo.
Además pueden surgir preocupaciones y se tiende a volverlo un hábito de pensamiento, por lo cual podemos creer que no tenemos el control de nuestra mente. Muchas personas que tienden a tener este tipo de pensamientos pueden presentar sintomatología relacionada con la depresión y la ansiedad.
¿Cómo saber cuándo estamos rumiando?
Podemos darnos cuenta cuando se analiza mucho tiempo una situación que ya pasó y podemos sentirnos culpables de lo que sucedió o culpar a otros, reprocharnos sobre como actuamos y sentirnos fastidiados sin una razón en particular o tener la sensación de que estamos soñando despiertos. Generalmente se presenta con preguntas del tipo, ¿por qué a mí? ¿qué tal sí? ¿qué hay de malo conmigo?
¿Qué podemos hacer ante la Rumiación?
Algo que podemos intentar hacer ante la rumiación es identificar si estamos buscando explicación ante alguna situación o cómo nos sentimos al respecto así como poner atención al tipo de pensamientos que estamos teniendo y nombrar la actividad como rumiación.
Es importante que notemos que solo son pensamientos y no es necesario reaccionar ante ellosbuscar si esto nos está generando algún tipo de recompensa, como el evitar sentirnos con malestar, no realizar alguna responsabilidad, dejar para después alguna cosa, etc. En este punto sería importante poder recordar lo que ocasiona rumiar a largo plazo.
Necesitamos entonces aceptar cómo sucedieron las cosas y las emociones que experimentamos al respecto. Identificar qué es responsabilidad nuestra y de los demás, verificar si hay alguna manera de resolver la situación y si es que no vemos alguna, regresar al momento presente y realizar cosas de beneficio para nosotros, ya sea respirar, poner atención a la plática con amigos, trabajar, el sabor del café, etc. No es que la rumiación sea una conducta negativa, simplemente hay que darle menos tiempo y vivir más nuestro presente. Si notas que te cuesta mucho trabajo detener estos pensamientos y no puedes accionar en actividades presentes, busca ayuda de un profesional.