Algunas de las emociones que se ven afectadas por nuestros pensamientos de preocupación al futuro o temor, son la ansiedad y el miedo, las cuales pueden llegar a niveles altos convirtiéndolas en crisis de ansiedad o en ataque de pánico.
Pero ¿qué son los ataques de pánico? Son episodios de miedo intenso acompañados por síntomas físicos, además de pensamientos de temor o de preocupación al futuro, tienen un comienzo rápido y repentino, suelen ser inesperados y pueden presentarse solo una vez en la vida.
En los ataques de pánico se activa el sistema de ataque-huida, lo que genera que se active el sistema nervioso autónomo sintiendo síntomas físicos, cómo:
Palpitaciones o aumento de la frecuencia cardiaca, sudoración, temblores o sacudidas musculares, sensación de ahogo o falta de aire, opresión en el pecho, náuseas o molestias abdominales, inestabilidad, mareo o sensación de desmayo, sensación de despersonalización, miedo a perder el control o volverse loco, sensación de hormigueo, así como, escalofríos o sofocaciones.
Después de la primera crisis de pánico pueden venir diversos pensamiento como: “¿y si me ocurre de nuevo?” miedo a morir, “¿me estaré volviendo loco?”, “¿y si me desmayo en la calle y nadie me ayuda’”, etc.
El comportamiento también puede comenzar a cambiar tratando de evitar otras crisis, teniendo conductas de resguardo como el no salir o evitar acudir a ciertos lugares.
El ataque de pánico puede aparecer después de una o varias situaciones estresantes, como la pérdida de un ser querido, alguna enfermedad, problemas económicos, de adicciones, entre otros. Lo que hace que se mantenga el ataque de pánico es que las sensaciones internas quedan asociadas a esta primera manifestación, a partir de entonces, el sentir estas sensaciones se vuelve algo tan temido como el propio ataque de pánico, ya que se piensa que estas sensaciones son perjudiciales, además de la creencia de que este ataque es impredecible y no se puede controlar lo cual favorece que se siga manteniendo este ciclo.
Si tú padeces de ataques de pánico y están obstaculizando tu vida, es muy importante que acudas con un especialista, ya sea un psiquiatra o un psicólogo. El poder recibir atención psicológica es importante ya que puede apoyarte con estrategias que te permitan normalizar la ansiedad y modificar tus pensamientos y reacciones respecto a dichas sensaciones y situaciones.