El circuito circadiano (programación biológica del sueño) representa un “bioreloj” que nos permite tener un horario respecto al sueño. Nuestros hábitos permiten establecer horarios que se coordinan con estos circuitos. Sin embargo, también pueden generar descompensaciones o alteraciones en el ciclo del sueño, por lo que es importante reflexionar al respecto a cómo es nuestro sueño. Muchas veces podemos verlo como algo indispensable para descansar, no obstante, es un proceso complejo que representa un conjunto de conductas desde el inicio de su ocurrencia hasta su término.
Podemos contemplar diversos aspectos, tales como: dónde dormimos, a qué hora, solos o acompañados, qué hacemos antes de dormir y cuánto tiempo pasamos en cama. El pensar en esto nos hace atender la higiene del sueño, que como en otras conductas vinculadas con nuestra salud, nos llevará a tener cuidados y hábitos para su mantenimiento.
Por ende, durante esta etapa de contingencia el tener conductas de autocuidado con nuestro sueño nos permitirá mantener una buena calidad del sueño; en primer lugar, es importante identificar si ha habido algún cambio en cuanto a cantidad, calidad y sensación del mismo.
Además, debemos considerar que mientras permanezcamos en casa hay que procurar no hacer actividades cotidianas como comer, leer o trabajar en cama, puesto que esto hará que se desarrolle una asociación de activación más que una de descanso y relajación.
De igual forma, el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir mientras estamos recostados podría representar un factor de riesgo para nuestro descanso, por lo que es recomendable evitar su uso en la cama.
Es probable que se presenten pesadillas asociadas a la pandemia de COVID-19, por lo que será de suma importancia vigilar la información que tenemos y cuándo la revisamos, el hacerlo de noche puede provocar preocupación excesiva, por lo que se sugiere evitarlo.
Asimismo, pueden presentarse despertares o preocupaciones excesivas que nos impidan conciliar el sueño, para esto se recomienda poder realizar un ejercicio de respiración profunda, inhalando y exhalando lentamente y poniendo atención en la relajación que se va percibiendo. Otra recomendación es centrarse en contar hasta el 100; también se puede pensar en alguna categoría (por ejemplo, animales, países,frutas) y decir algún elemento conforme el orden del abecedario. Si después de esto no se logra conciliar el sueño, se recomienda levantarse y hacer alguna actividad hasta tener nuevamente la sensación de sueño.
Por último, el cuidar el sueño de niños y adultos mayores, identificando posibles alteraciones y factores de riesgo, por lo que se recomienda un monitoreo frecuente.