Cuantas veces has terminado peleando o gritando, enojado o muy tenso después de corregir alguna conducta inadecuada de tu hijo. Esto nos puede generar mucho malestar y llegar a afectar el ambiente familiar y la relación con nuestros hijos, por lo tanto en este articulo te proponemos algunas estrategias que te pueden ayudar a experimentar tus emociones en esos momentos de forma diferente de tal manera que logres promover conductas adecuadas en tus hijos sin perder de vista tu tranquilidad y bienestar emocional.
En ese momento en el que tu pequeño no se está comportando como esperarías empieza a generar reacciones en ti, pueden ser de tres tipos:
• Sensaciones físicas como: sudoración, tensión en el cuerpo, dolor en el estómago, etc.
• Pensamientos como: “por qué no obedece”, “lo hace para hacerme enojar”, “se nos hace tarde y no se apura”, etc.
• Emociones como: enojo porque ya se lo has dicho varias veces, ansiedad porque es tarde y ya tienen que terminar esa actividad o tal vez tristeza porque piensas que algo has hecho mal para que él no obedezca.
Toma unos minutos para pensar en todas esas reacciones internas que se producen e intenta experimentarlas, normalmente no nos damos cuenta de ellas o solo nos centramos en lo mal que nos hace sentir. Es normal tener toda esta serie de reacciones así que será mejor aprender a reconocerlas y aceptarlas, esto te permitirá tener un mejor control sobre tus decisiones en ese momento.
Recuerda que conforme hagas el ejercicio de reconocer tus emociones y dejarte sentirlas esos momentos en los que corriges a tus hijos serán menos incómodos, pero puedes apoyarte también de algunas estrategias de relajación por ejemplo:
• Respiración profunda, intenta respirar por la nariz lenta y profundamente durante cinco segundos y exhalar por la boca también de forma lenta por cinco segundos, cuando estás alterado tu cuerpo y mente se activan listos para reaccionar; sin embargo, para evitar que explotes intenta darte este espacio breve para empezar a controlar tu respiración y darle también a tu mente un momento para buscar la mejor manera de actuar.
• Auto instrucciones, en ese momento cuando tu hijo está actuando de forma inadecuada y las emociones de frustración o enojo se disparan procura darte algunas instrucciones que dirijan tu conducta por ejemplo: “tranquilo”, “modera el tono de voz”, “dile que regrese a la mesa” “espera”, “calma”, “vamos a escuchar lo que tiene que decir”, observa que son frases muy breves que nos ayudarán a enfocarnos en la solución y no en lo que enojados o molestos que nos sentimos o en lo terrible que es esa conducta de nuestros hijos.
• Tiempo fuera, esta estrategias también nos ayuda a detenernos y evitar presentar aquellas conductas que no ayudan a corregir a nuestros hijos como: gritar, pegar, amenazar, etc. Se trata de que te alejes por unos minutos de la situación, te permitirá despejar tu mente y darte un espacio para practicar las técnicas anteriores. Es válido hacerlo si nos sentimos sobrepasados por la situación, recuerda que es solo una pausa para que puedas volver con tu hijo y logres corregir adecuadamente su conducta, dándole de nuevo la instrucción o guiándolo para que realice las actividades que debe hacer.
Con práctica y atención podrás hacer de esos momentos de corrección oportunidades para enseñarle algo a tu hijo. Recuerda que es muy importante cuidar de ti, de tus emociones y tu tranquilidad, te sentirás más satisfecho y serás un ejemplo para tus hijos.